... y las primeras (maravillosas, melodiosas, únicas) palabras leídas.
Sucede que, como estaba previsto, la semana que recién transcurrió, se inició el préstamo de libros en la biblioteca del Jardín de Ío. Como esta niña vive en el
mundo de los animales, sacó este libro que es el primero en préstamo de este ciclo, y "de animales". Como pueden ver, ya es un ejemplar con "historia": fue donado al jardín antes de que Ío viera la primera luz de este mundo y aún así se conserva íntegro en imágenes, en colores, en fuerza. Ella se lo trajo a casa y, después de la palabra "de" que deletreó solita cuando hicimos su primera tanda de lotas, algunos nombres que acompañan a las ilustraciones de tan memorable ejemplar, han sido leídas íntegramente por ella. Recuerdo en este momento la palabra gaviota. La deletreó, por primera vez en su vida así:
ga... ve... ga-vio... ta... gaviota. Ello ocurrió el mismo jueves que trajo al amigo ese a casa, y como no tuve una grabadora a la mano; mucho menos videograbadora, el recuerdo me lo guardo. Pero al podcast espero subir el audio de la palabra gazapo, que leyó hoy. Hubo otras pero vamos poco a poco porque me imagino que hace un gran esfuerzo; cuando veía que ya no existía disposición, yo disimuladamente le leí otros nombres de animales y así la llevamos.
Ya hoy, al disponerse para hacer su tarea --sí, domingo en la tarde-- leyó la palabra "tareas" de su cuaderno ídem. Después el otro, que se llama "siluetas". Como ven, está en vías de descubrir esa fábrica de mundos posibles como lo es el lenguaje escrito.