En el Jardín nos solicitaron un libro para donar a la biblioteca; debíamos atenernos a la selección que hicieron las maestras.
Como nos tardamos para comprarlo, nos tocó escoger de los últimos. Queríamos comprar uno de Anthony Brown, pero ya no alcanzamos.
Entonces compramos éste: Bajar la luna del cielo. Es un relato bien contado, y con ilustraciones muy explícitas, que creemos estimulan el interés del niño. Todos los personajes son identificables por niños urbanos, así como el objeto principal del cuento que es, se sobrentiende, la Luna, ente atractivo por naturaleza propia y que conocen y buscan los niños desde antes de los dos años, tal vez antes del primer año de vida.
El protagonista es el topo que ilustra la portada. Un buen día, sale de noche de su guarida y se encuentra el objeto más bello que jamás ha visto (imagínense, si vive en un hoyo...) y, como toda actitud humanoide, quiere hacerlo suyo. Lo intenta una vez, se encuentra al amigo conejo, lo intenta otra vez, se encuentra al amigo puercoespín, y así, hasta que... ¿la obtiene? ¿se desespera? ¿se cansa?
¿Qué creen ustedes que pasa al final?
En fin: a la Ío le gustó el relato. A Bruno también, sobre todo por la luna. Y pronto, el ejemplar que tenemos en casa, ya forradito con el adhesivo ese llamado contact, habitará la biblioteca del jardín de niños.
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