Son muchas las opiniones que argumentan en favor de la enseñanza musical en los niños. No viene al caso mencionarlas o tratar de validarlas, sólo platicaremos que (por fin) hemos vuelto a ellas.
Este enero marca el regreso al estudio de claves de sol, coloreado de notas, pequeños golpecitos solos o en pareja, uso y curiosidad de la flauta, etc.
Estamos contentos porque según nosotros es una posibilidad más para ellos de extender su horizonte de reflexión, de expectativas y hasta de cultura.
Así, Ío comenzó con sus clases de batería el 19 de enero y Bruno hoy con piano... aunque no le pareció mucho la idea de entrar solo a una clase con una maestra desconocida. Esperemos que se haga a la idea porque estaba ilusionado con aprender el piano. Y si no, algún día será (si quiere).